viernes, 10 de agosto de 2018

Todas las fiestas de mañana

"El único momento que quiero ser alguien es afuera de una fiesta, así puedo entrar"

“The only time I ever want to be something is outside a party so I can get in.” 

Andy Warhol


lunes, 4 de junio de 2018

Susie por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito

Al leer Calvin & Hobbes, el personaje de Susie Derkins se impuso como uno de mis favoritos. Creo que el pincel de Bill Watterson hace un pequeño prodigio en el retrato de la infancia a través de ese personaje: evita los rasgos típicamente sexistas de muchos autores y retrata a la niña sin demasiada imposición de las convenciones para pensar el cuerpo femenino. Hay algo bastante andrógino en Susie que me gusta, una apuesta jugada para ser una historieta que apela al universo infantil, que a veces son historietas muy reaccionarias para reflejar lo lúdico en relación con el género que somos, cuando nos dejan, en la niñez. Por estas cuestiones, entre otras, es porque para mí ella es una superheroína, y por eso la elegí para dibujarla como propuesta para la convocatoria de #SuperheroinasPorElAbortoLegalSeguroyGratuito que hizo Verónica García.

Más sobre Calvin & Hobbes en el blog: Calvinista y Calvin & Hobbes' Not Dead

miércoles, 23 de mayo de 2018

Mostra glam


Ayer fui a ver la última de Avengers en 3D y me gustó muchísimo, al punto que me inspiró para empezar a escribir un show de stand up. Acá empecé a bocetarlo:
Finalmente fui a ver Avengers: Infinity War y lo voy a decir sin vaselina: alta trolada me pareció. No entiendo como nadie me dijo que era la máxima expresión de una película de superhéroes LGBTIQ. Thanos está en la mejor tradición de lxs villanxs queer, disputando el número uno en el podio con la tentacular Úrsula de La Sirenita y la Reina de Corazones de Alicia en el País de las Maravillas. Thanos es el ogro galáctico más marica que recuerde ver en cine. O qué pueden decirme de un tipo que esté buscando unas piedras preciosas, que tienen casi los colores de la bandera del arco iris, para adornar su guante dorado y ser la máster más mala del universo. Creo que esa pasión que tiene por la bijou del espacio sideral la convierte en mostra glam que cruza Ziggy Stardust con Priscilla, la Reina del Desierto. Y miren que me leí hace unos años la historieta The Infinity Gauntlet, pero ahí el Thanos no era tan puto, para mí en la película lo quisieron sacar del clóset. Y ni hablar de sus trajes. Creo que cuando Liberace hacía de villano en la serie camp de Batman de los sesenta daba más hétero que Thanos. ¿Un villano sensible que lagrimea? A mí todo el tiempo me daba Rob Halford con esa calva y el look sadomaso glam. Pero además de él, ¿los superhéroes no les parecieron un toque muy arregladitos, muy vestidos cool con trajes negros para salir de noche a la disco de moda? Y las superheroínas algunas dan tortas, otras trans o drags. Me confundo. No sé, pero por momentos, al ver a todos esos super personajes juntos, me pareció un toque la Marcha del Orgullo. Pero lo que es más objetivo es que esta película tiene la escena más homoerótica del cine de superhéores (va un spoiler): Thor de pelo corto viene volando del cielo y, como Cupido, le ensarta como saeta su nueva hacha en el corazón de Thanos y quedan un rato largo unidos, abrazados frente a frente, los rostros cerca a punto de comerse la boca. ¿Qué onda? Esto antes con el martillo no pasaba ¿A mí solo me pareció puro romanticismo gay? No leí el guión, pero seguro en algún momento tiene que decir "Thor lo clava a Thanos", y la verdad es que no hay manera heterosexual de escribir eso. Pero bueno, sigan negando la realidad, y vean la película que quieran. Yo creo que la saga de esta película la tienen que dirigir las hermanas Lana y Lilly Wachowski, que a ellas les gustan tanto los cómics.

Pantallas soñadas


Hace un año había hecho una lista a pedido en Facebook de recomendaciones de cineastas oníricos que más me gustan, como alternativa a la celebridad y prestigio de David Lynch. La recuperé ahora y la sumo al blog. Es una enumeración de recomendaciones de películas de cineastas que me hacen soñar en la vigilia. Eso.

1- Betzy Bromberg: Divinity Gratis, A Darkness Swallowed y Voluptuous Sleep, en ese orden, que es cronológico. Son alucinaciones en 16mm, y se proyectan poco, pero agendalas mentalmente para verlas cuando se den. Si no mirá algunas películas de las que ella hizo supervisión óptica como Terminator 2 y Killer Klowns.

2- Alain Guiraudie: El desconocido del lago, Pas de repos pour les braves y El rey de la evasión, en ese orden.

3- Maya Deren: Meshes of the afternoon, At Land o The Private Life Of A Cat (la escena de la gata pariendo en una caja es mejor a todo lo freak de Eraserhead)

4- Marie Losier: Tony Conrad, DreaMinimalist (o cualquiera de sus retratos de vanguardia a cineastas de vanguardia) y The Ballad of Genesis and Lady Jaye.

5- Carl Dreyer: Vampyr (y vas a ver a quién le roba David Lynch) y Dies irae, para empezar a querer ver todo lo demás.

6- Luis Buñuel: Ensayo de un crimen primero y después cualquiera de las mexicanas, son todas buenas (sí, sí, incluida la de Libertad Lamarque y Jorge Negrete), después Viridiana y para el final las francesas, que son las peorcitas.

7- Marina de Van: En la piel es la única que vi de ella, es suficiente e INCREÍBLE.

8- Kurt Kren: Asyl y 20.September, la primera es estructuralista y la segunda es una performance extrema, una muestra de cada estilo de las películas que hacía, que son todos cortos, después elegís si querés ver más estructuralistas o performáticas o las dos.

9- Edgar Ulmer: Detour, El gato negro y El hombre del planeta X: sus hits que son demoledores, un film noir, una de terror y otra de ciencia ficción, el tipo que hacía 
bien todo eso que nos gusta.

10- Apichatpong: Mysterious Object at Noon (cadáver exquisito documental) y Tropical Malady.

11- Hermanos Quay: Calle de los cocodrilos y TODOS SUS CORTOS ANIMADOS, son como Tim Burton sin el pop y con la oscuridad de Europa del Este (aunque son americanos filmando en Inglaterra). En los largos hicieron otra cosa, son buenos, claro, pero igual sus cortos son tremendos.

12- Jan Svankmajer: Conspiradores de placer, una película infinita, después sus cortos animados.

miércoles, 4 de abril de 2018

Game Over

Este texto tiene diez mil spoilers.

Terminé de ver Ready Player One y pensé que aunque la emoción no me llegó nunca, la película estaba bien, en su virtuosismo pop. No quería transformarme en el clisé de quien sale puteando a Spielberg, quería que me divierta tanto como 1941 (una de mis preferidas de él, junto con Tiburón), y volví a decirme que no la pasé mal.

Para decir eso, que la película me dejó frío pero que no estaba mal, aclaré a los amigos con los que fui ayer al IMAX a verla, que tenía que dejar de lado que la película me lastimó mucho por su profunda gordofobia (lo peor para los personajes y para el realizador es enamorarse de alguien en el mundo virtual y descubrir que es un tipo que pesa 130 kilos, o sea que para Spielberg yo estoy superando en diez kilos lo peor). Posta, sí, leyeron bien, dejé de lado la herida, porque sé que aunque eso es una mierda. lo puedo denunciar, combatir, pero la boludez humana no debería impedirme gozar del juego que propone la película. Y todo lo que voy a decir desde ahora, no lo digo porque sangro por la herida.
Pero no, hoy me desperté y estuve pensando mucho y sí, tengo que decirlo: la película de Spielberg me parece una mierda. Bosta pura. Incluso me hizo revisar críticamente su obra. A Ready Player One no lo salva ni poner a un Gremlin corriendo ni el chiste de tirar un Chucky en medio de la batalla, porque Spielberg ya no va a estar nunca en el lado Joe Dante ni Don Mancini del mundo. Spielberg es solemne, ya no sabe qué hacer con el humor y parece que ya no puede ponerse a jugar. Nunca haría ET 2, a diferencia de lo que enuncia el genio nerd de la película, Spielberg cancela el juego, no cree que un muñeco pueda ser la pieza delirante de un juego infinito y anárquico (hay que ser un ludópata libertario para hacer de un muñeco diabólico o de un peluche monstruo una saga). El tipo que le cambió el gran título a Los superjuguetes duran todo el verano para rebautizarlo con el pomposo Inteligencia Artificial (una película donde Spielberg hereda la solemnidad de Kubrick), ya no merece tener a mano ese superjuguete que es el cine. Pero no fue ahí que Spielberg me dejó de gustar, sino antes, cuando en su reversión de ET borró las armas de los policías (ejem, ver foto abajo), y entonces comencé la desconfianza sobre su obra. No se trataba de dejar de valorar o dejar de volver a asombrarme por sus prodigios pasados, sino saber que el tipo ya no era el mismo.


Ready Player One es una película que proclama repetidamente ¡viva el juego!, quiere ser una marcha del Día del Orgullo Gamer pero termina con unos pibes que prohíben que la gente juegue durante un par de días a la semana. POSTA. ¿Me estás cargando, Spielberg? ¿Un régimen donde el capitalismo dice cuándo se puede jugar de una manera y cuándo no? Gracias, paso. Si no se puede jugar todos los días no me interesa tu cine, facho careta.
PS: La secuencia en versión gamer de El resplandor (una película que detesto, obviamente, es el arty kubrickoso en el cine de terror) me podría parecer divertida como forma destructiva de esa solemnidad hecha de travellings por hotel despoblado y por separadores de gore cute. Pero no. Igual, la mejor venganza infinita para Spielberg, que quiere heredar el lugar de su admirado Kubrick, es que el director de La naranja mecánica odiaba al director de las Indiana Jones, como queda bien dicho en el libro de Frederic Raphael, Aquí Kubrick. Así que Spielberg (que en general me gusta más que Kubrick, quiero aclarar, aunque Kubrick tiene películas escritas por Jim Thompson -las únicas que valen de Stanley- que son mejores que todo lo que hizo Spielberg). Bueno, eso, me siento feliz que Spielberg tenga que vivir con el odio eterno de Kubrick.
PS2: El texto terminaba originalmente con la oración: "Chupame el culo de 145 kilos, Spielberg", pero me pareció un poco fuerte y se iban a confundir los tantos, así que la saqué.

miércoles, 7 de marzo de 2018

Mostra de dibujos

Vikingos en bikini, autorretratos, Enrique Raab, Ramones, Emma Goldman, aves rapaces, Alberto Greco, y otros delirios queer en mi primera muestra individual en Librería Punc, que se puede ver hasta el 21 de marzo. Acá la nota sobre la muestra de Liliana Viola en el suplemento Soy de Página/12: Una imagen vale más

jueves, 8 de febrero de 2018

El golpe maestro


Una parte breve de este texto periodístico que escribí fue publicado en el Diario del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata de 2015, del que fui editor, cuando se proyectó por primera vez en Argentina el corto Los 4 golpes, dirigido por François Truffaut en ¡Mar del Plata en 1962! Ahora va la versión completa como regalo de cumpleaños al gran Truffaut.

En 1962, François Truffaut había filmado Los 400 golpes y Jules et Jim, y aunque comenzaba a alejarse de la crítica de cine, que había ejercido en varios medios como Cahiers du Cinéma, aún estaba entre el periodismo y la dirección de cine. De hecho, todavía preparaba su obra maestra como crítico, el libro El cine según Hitchcock que editaría en 1966, para el cual ejercía su pasión cinéfila visitando la cinemateca de Bélgica, que le proyectaba las películas del maestro del suspense para planificar sus entrevistas meticulosas. En esa época, Truffaut fue invitado a la competencia del Festival de Cine de Mar del Plata, donde ganó como Mejor Director por Jules et Jim. Durante su estadía en el Hotel Hermitage, filmó un corto en 16mm, una suerte de policial, tal vez otro de sus homenajes a Hitchcock, tal vez el epílogo de su anterior película, Disparen sobre el pianista. Ese corto fue llamado Los 4 golpes, así en español, como un título paródico a su ópera prima. Lo cierto es que el corto permaneció en la sombra porque Truffaut, devolviendo el favor que le hicieron al proyectarle las películas de Hitch, le regaló a la cinemateca belga Los 4 golpes y quedó archivado e inédito por décadas.

La primera excentricidad extrema de Los 4 golpes es el casting de las tres mujeres que coprotagonizan con Truffaut. El corto se basa en una idea de la escritora francoargentina Gloria Alcorta, quien también actúa como víctima del asesino interpretado por Truffaut. Alcorta era hija de padres argentinos nacida en Francia, donde vivió muchos años. Se sabe que, por ejemplo, era amiga de Jean Cocteau, tal vez también participe en el corto por haber sido amiga de Truffaut. Alcorta ya era un autora conocida tanto en Francia como en Argentina por sus obras de teatro y sus cuentos, y ese año había publicado la novela Noches de nadie. Tal vez el papel en este corto sea su única participación en cine.
La mujer de pelo corto que es perseguida por Truffaut por el lobby del Hotel Hermitage es Christiane Rochefort, artista múltiple y parte del movimiento feminista francés, que en ese momento ya había publicado más de media docena de libros, como su best seller de 1958 Le Repos du guerrier, que justo el año en que participó en el corto de Truffaut fue adaptado al cine por Roger Vadim y protagonizada por Brigitte Bardot.
Marie Laforêt, quien interpreta a una de las cómplices del asesino, es cantante y actriz: había debutado en cine dos años antes con Alain Delon en la adaptación dirigida por René Clément de A pleno sol, la novela de Patricia Highsmith.
Extrañamente confluyendo en el Festival de Cine de Mar del Plata, Truffaut, Alcorta, Rochefort y Laforêt se encerraron para filmar el corto en el lobby del Hotel Hermitage, donde transcurre toda la acción, para hacer un pequeño relato mudo donde se pueden reconocer estatuas, muebles y la puerta giratoria que todavía existe en esa locación balnearia.


Suerte de comedia negra, Los 4 golpes es el eslabón perdido entre las locuras slapsticks mudas de Mack Sennett y los cortos oscuros de Roman Polanski, donde además Truffaut hace una suerte de metapelícula, porque rompe la narración ficcional para mostrar el detrás de cámara y darle instrucciones al camarógrafo para filmar su asesinato. Ese backstage puede verse como influido por el contexto, porque el corto se filmó durante un festival de cine, pero también prefigura algunas escenas de La noche americana, la película sobre el cine también dirigida y protagonizada por Truffaut que ganaría el Oscar a Mejor Película Extranjera doce años después. En su extrañeza radical, en su blanco y negro documental que se vuelve ficción absurda, Los 4 golpes es una buena pócima en frasco chico de la oscura felicidad propia de las mejores películas de Truffaut.