jueves, 17 de octubre de 2013

Riesgo de dientes de conejo


Maia tiene que cerrar la puerta del balcón porque Warhol se puede comer sus dibujos. Las proporciones de la hoja hacen que Maia tenga que dibujar en el piso de su casa y eso provoca que, al menor descuido, Warhol pueda roerle la cartulina.

Omnívoro como es, al conejo Warhol, la única mascota y compañía del departamento de soltera de Maia, le gusta el papel pero no las zanahorias. Raro. Come variedad de verduras pero detesta las zanahorias. Warhol es marrón, caga y mea en piedritas como los gatos, coge con dos muñecos de peluche y duerme en una cucha de plástico de techo a dos aguas con tejas dibujadas.

En lugar de dibujar en su departamento, Maia podría ir a su estudio, encerrarse en ese limbo libre del peligro de lo cotidiano y se ahorraría tener que vigilar que sus obras terminen en boca de Warhol. Pero no. Prefiere asumir ese riesgo. No solo ese, sino otro más: apostar a cambiar de hábitat y de género. Alejarse de los procedimientos que la visibilizaron en el mundo del arte, alejarse de esa obligación curricular de que la creación tiene que estar atada a un patrón pétreo como idea de personalidad. Riesgo de dientes de conejo, riesgo de ser otra.

Ser otra empezó desde que Maia se separó de su novio y cada uno de los días posteriores empezó a dibujar a su entorno para colgarlo sobre la pared blanca de su living. Amigos y amigas en poses paródicas, cotillón fetiche arrancado de la fantasía personal, el cine y el sexo vivido como carnaval del cuerpo, autorretratos de honestidad mordaz. Había algo de comedia muda, de slapstick, en el mural que fueron formando los dibujos, inclasificable colección de personas, animales y objetos que terminaron componiendo una suerte de catálogo de chascos. O mejor, una serie de cartas de amor al chasco.

Los chascos para la primera cita son el reverso de los tradicionales chascos de despedida de soltero. No se trata de la última alegría antes del compromiso sino de la convicción de que la sorpresa y la comedia de lo inesperado tienen que estar sí o sí en la base de toda relación. Si tu cita no es un cigarrillo que explota, una flor que tira agua, un chicle picante no vale la pena seguir. Tampoco vivir para dibujarlo.

Diego Trerotola


MAIA DEBOWICZ

Chascos para la primera cita

Del viernes 18 de octubre al 15 de noviembre.


Curador: Diego Trerotola

Áurea. Patio del Liceo
Santa Fe 2729. Buenos Aires.


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