lunes, 14 de noviembre de 2011

El amante de Dante


En 2003, cuando la revista El Amante le dedicó un dossier a la obra de Joe Dante, escribí la nota central, introductoria, repasando su carrera en cine y TV, sus logros como uno de los más importantes cineastas del siglo XX. Tres años después, me invitaron a un encuentro de críticos en Barcelona y pasé por el Festival de Sitges unos días. Ahí estaba invitado Joe Dante, que presentaba unos capítulos de la serie Masters of Horror y una película colectiva llamada Trapped Ashes. Conseguí el número de habitación, estábamos en el mismo hotel, y me dio una cita para entrevistarlo una hora antes de que tenga que salir para el aeropuerto. Fue una entrevista relajada y vertiginosa, al particular ritmo Dante, que también fue publicada en una nota en El Amante junto a la foto que me saqué con él. Ahora vino por primera vez a Argentina para el Festival de Mar del Plata, y nos volvimos a ver. Recordaba mi nombre y cada vez que lo decía me emocionaba. El último día que lo vi, el sábado pasado, me dijo que le gustaba la remera de Ramones que llevaba puesta y quiso sacarse una foto conmigo para enviársela a su amigo Allan Arkush, director de la película Rock 'n' Roll High School, protagonizada por el cuarteto punk. No pude emocionarme más cuando me pasó su mano por mi cintura para la foto. Arriba el momento que ambos posábamos para la foto que llegará a manos de Arkush, y abajo un fragmento de mi nota de 2003 que salió en el número 140 de El Amante.

Antes de recibirse de director de cine, Dante estudió animación. Por eso la relación estrecha y la admiración infinita con Chuck Jones, máximo animador de Warner Bros. Además de realizar varios cameos en el cine de Dante, Jones dirigió el prólogo y el final animado de Gremlins 2, donde participan el pato Lucas, Bugs Bunny y Porky. Aunque Looney Tunes: de nuevo en acción es un megahomenaje a Jones, Dante también tiene un proyecto pendiente llamado Termite Terrace, adaptación fílmica del libro de Jones sobre su experiencia inicial como animador de Warner. En esa posible película seguro desfilará como personaje Frank Tashlin, el director más citado como precursores de Dante, quien trabajó en animaciones de Warner, fue gagman en guiones de los hnos. Marx y finalmente se convirtió en director de comedias, muchas protagonizadas por Jerry Lewis. Dante declaró que Viaje insólito era una comedia al estilo Tashlin. Truffaut y Godard eran reconocidos admiradores de Tashlin y en la escena parisina de Looney Tunes... hay varias referencias a Jerry Lewis. En su libro sobre animación, Charles Solomon escribió que al entrar a la Warner como director de cartoons en 1936, Tashlin experimentó con nuevos ángulos de cámara, afiló el montaje rápido y ayudó a introducir el “gag reflexivo”, donde el personaje interrumpe la historia para explicitar que es un dibujo animado. En este tipo de gag, luego continuado por Chuck Jones, el personaje evidencia la ficción y, al mismo tiempo, se rebela contra la autoridad del dibujante para desplegar todo su potencial anarquista. El gag reflexivo también fue heredado por Dante y tiene su expresión superlativa en las secuencias donde los Gremlins invaden los cines. En una veta salvaje de la comedia anarquista, esta técnica anti-ilusionista pone en crisis el poder hipnótico de la ficción realista y el espectador experimenta cierta libertad de las reglas y convenciones para pensar el relato. El proceso anti-ilusionista, compartido por otros cineastas modernos como Godard, no desacelera el ritmo de las películas de Dante, que continúan manteniendo su característica velocidad zigzagueante. Como exploraciones revueltas, barrocas e inestables, el espacio cinematográfico dantesco avanza y nunca se regodea de su propia autoconciencia ni se detiene en la belleza del desorden. En realidad, la reflexión y la vitalidad van perforando la superficie fílmica para instalar un solo movimiento termita que devasta todo a su paso y deja apenas las cenizas, el azerrín de una pasión.

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