lunes, 28 de abril de 2008

El poder pop


Persépolis no sólo piensa la década del 80 como lugar de descentralización, de lo masivo como rebeldía descontrolada, sino también como tiempo de una lucha por el poder pop, por la democratización de la furia y la imaginación en objetos falsificados (¡el cassette! La hiperduplicación pirata empezó en esa cinta bendita mucho antes que la cultura digital redujera todo a ceros y unos. Y, en este sentido, la escena de la plaza de anarcotraficantes iraníes de cassettes es tal vez el mejor mercado negro de la revolución que dio el cine). La utopía de la copia casera como subversión del plusvalor cultural capitalista empezó justo ahí, en esos días de radiograbadores y walkmans. Y Persépolis es la película que mejor representa ese momento crucial (tal vez incluso es la primera en representar ese instante exacto) que permite entender la transformación cultural de los últimos treinta años.
Fragmento de mi crítica a Persépolis publicada en El Amante Cine N° 191, abril 2008.

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